CIUDAD GUZMAN, JALISCO, (EL SUR).- Nutrida resultó la
concentración de familias zapotlenses y de toda la región sur y del Occidente
del país que se dieron cita para venerar a la Sagrada Familia en el
tradicional desfile de alegorías que marca el clímax de las fiesta juramentada.
El Señor San José, la Virgen del Rosario y el
Niño Jesús presidieron la máxima celebración del pueblo católico, acompañados en
esta ocasión por las Reliquias del Beato Juan Pablo II, que igualmente
recibieron el reconocimiento de la feligresía que se apostó por las principales
calles de la localidad que lucieron totalmente abarrotadas.
El contingente fue encabezado por la tradicional
chirimía, la agrupación de charros, así como los carros alegóricos con pasajes
bíblicos, además de numerosas cuadrillas de danzantes y sonajeros que sumaron
su esfuerzo para bailar sin cesar al Santo Patrono durante el recorrido que
duró unas 5 horas ante el inclemente sol que caía a plomo.
A su paso frente a Catedral, el obispo diocesano
Rafael León Villegas exaltó a la Sagrada
Familia y reconoció la dedicación del grupo de estibadores
que bajo juramento se mantienen fieles a su encargo de trasladar el trono donde
se colocan las veneradas imágenes; también elogió el esfuerzo de muchos vecinos
anónimos que bajo el trono aportan su granito de arena para cumplir con la
fiesta josefina.
A su llegada frente al Santuario, la Sagrada Familia emprendió su
caminar rumbo al domicilio de la mayordomía en donde pernoctaron y recibieron a
miles de familias hasta la celebración eucarística cuando inició el retorno al
sacro recinto de Catedral, en cuyo trayecto se sumaron también muchos vecinos
para rendirle pleitesía a las taumaturgas imágenes.